Permíteme quejarme, la maternidad no es fácil. Hay momentos donde el cansancio me vence, donde me arrepiento de no haber llevado a los niños a dormir a tiempo por avanzar con mis pendientes, donde me duele esta momentánea incompatibilidad de necesidades que ahora me exige una dosis extra de paciencia que ya no tengo, para dormir a una persona que tiene mucho sueño pero no pude acompañar en el momento indicado.
.
Permíteme quejarme los días que siento que la corresponsabilidad es a medias, pues sigo sintiendo la carga en mis hombros al planear mi día.
.
Permítame quejarme del insensible sistema que no me crea condiciones idóneas para ser mamá y generar ingresos propios para ser dueña de mis decisiones. La dependencia económicas también es resultado de esto.
.
No me juzgues, acompáñame, compárteme tu escucha, valida mi sentir y recuerda que quejarme cuando el mundo me orilla a hacerlo, no significa que no esté disfrutando este maravilloso camino de la maternidad, no significa que no esté agradecida de ser esa persona que acompaña la etapa más importante de la vida de un ser humano.
.
Ser mamá es un privilegio, maternar en condiciones dignas lo es todavía más.